El 6 de enero es una fecha muy especial para chicos y grandes, la magia de los Reyes Magos llega a los hogares para traer regalos como lo hicieron con Jesús cuando nació.
¿Aún creo en los Reyes Magos? Claro que sí, siento que viven en una casa invisible en el desierto, a lo largo del año están investigando qué está de moda para tener todos los pedidos listos.
Pero no me refiero a pedidos materiales, sí a ayudar a hacer esos sueños realidad y también a seguir alimentando el alma de chicos y grandes.
Lo sé ya pasaron semanas pero siempre es tiempo recordar que ser niños no es algo prohibido siendo adultos.
Mencioné lo anterior porque parece cuando cumplimos 18 años, ese chip de saber sorprendernos, soñar, confiar, ver el lado positivo y simple que sí tiene la vida pareciera va disminuyendo y algunas veces desaparece.
Por increíble que parezca aparecen preocupaciones, enojos, quejas, peros e incluso dejar de soñar. Ser seres humanos no es algo que se aprende cuando tenemos uso de razón, creo todos vamos haciéndolo conforme a lo que vivimos.
Con esto concluyo a mis 39 años vuelvo a soñar, hacer realidad, sorprenderme gratamente, conectar con mis emociones, provocar esas chispas en la mirada y en todo mi ser, soltar carcajada.
Hoy conecto con mayor facilidad con mi niña y mujer así como mi adolescente, me doy cuenta que los niños son buenos consejeros y no digo que nosotros como adultos no, peeeeero, muchas veces es bueno tener esa simpleza de vivir la vida.
Una Mirada 