Cuando tratas el tema de la soledad es normal escuches todo tipo de comentarios, por lo que decidí contar mi experiencia.
¿Tuve miedo a la soledad? Por supuesto.
Al inicio tenía mucho miedo de quedarme sola, la explicación por inocente que parezca es real, tenía terror de la oscuridad. Donde vivía bajar por un vaso de agua era parecido a una misión imposible.
Eso sucedía porque mi mente viaja a mil por hora, independientemente que a veces sienta todo tipo de energías, algo es cierto mi imaginación vuela a mil por hora y cuando era niña ver películas mexicanas de terror me ponían en verdad mal, porque llegué a tener pesadillas dignas de un guión cinematográfico o best seller.
¿Cómo superé el miedo?
Cuando nos cambiamos de casa algo maravilloso sucedió, un día no recuerdo el motivo, me quedé sola por primera vez baje por agua y me quedé unos minutos en la sala observé y escuché con mucha atención para entender, pero principalmente vencer ese miedo.
En ese momento me di cuenta la energía siempre va estar presente, pero hay algo claro que tengo desde ese día y es: lo único que puede causar el miedo es impedir viva al máximo.
De ahí en adelante con ayuda de diversas terapias acepté la soledad es una aliada magnífica, porque tiene la capacidad de conectarte contigo mismo (en esta semana tocaré este tema).
En la soledad descubrí y me hice amiga de sentir paz, ahí entendí el poder de la meditación aunque mi mente va a mil por hora, empecé a darme permiso de bajar las revoluciones.
En la soledad viví de cerca mi dualidad, la misma que todos tenemos, puedo sentir mi luz y oscuridad, así como también la diversidad de colores que tengo.
No pasa nada si estas solo, como si estas acompañado, abraza y ama ambas.
Una Mirada 