Lluvia/wallhere

¿Te conozco?

Lluvia/wallhere

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“Neblina, cómo si algo faltará… Aparece la lluvia”

Una tarde de verano aparente común, pero de ello no tiene nada y mucho menos corriente… El vestido rojo, zapatillas, cabello al viento y una caminata suponían el plan perfecto donde todo iba conforme a lo planeado…

Se sentó en una banca, cerca de un lago y algunos juegos, los rayos de sol iluminaban su rostro, antes de leer, observo a todas las personas que estaban cerca de ella… De la nada vio a un hombre, le pareció familiar y cuando agarro sus lentes se dio cuenta que es el hombre que le gusta y con quien siempre se topa en el gimnasio.

No supo cómo reaccionar, de momento huir era una brillante opción, pero no mejor se quedó, aunque tal vez pasar cerca de él e iniciar una plática aparentemente casual sería opción, pero tampoco la pena pudo más que las ganas… En fin por su mente había un sinfín de ideas, pero ninguna ideal para llevarla a cabo.

Cuando volteo se dio cuenta que ya no estaba, pero, ¿en qué momento se fue?, pensó, “siempre sucede lo mismo, pero algún día me despediré de la pena”. Cuando se levantó, ¡sorpresa!, él estaba justo atrás de ella y sin querer le dio un golpe en el pecho. Muerta de pena le preguntó, ¿si todo bien?

Él: Sí, gracias, solo me agarraste desprevenido, pero también creo te asuste.

Ella: Me agarraste desprevenida y esperaba todo, menos verte.

Él: ¿Te conozco, de algún lugar?

Ella: ¿Por qué la pregunta?

Él: Me acerqué porque tu cara me resulta familiar, lo sé, típica frase cuando quieres ligar con alguien, pero es la verdad no sé dónde te he visto.

Ella: Jajajaja, sí nos hemos topado en diferentes circunstancias, acudimos al mismo gimnasio.

Él: Sabía que era ahí, me llama la atención que tantas veces nos hemos visto y no hemos platicado, ¿por qué?

Ella: Seguro por falta de tiempo, interés, compromisos… A lo mejor alguien te espera en casa.

Él: Si alguien me espera en casa, mi perro.

Ella: Jajajaajaja, ok, ¡qué lindo!

Él: ¿Tienes prisa?

Ella: No, ¿por?

Él: Te invito a tomar algo o comer si es que tienes hambre.

Ella: Perfecto, ¡vamos a tomar un café!

 Conforme caminan hacia la cafetería cerca del parque, de la nada, la lluvia los sorprendió, corrieron pero fue imposible no mojarse y ella le comentó, “vivo a minutos si quieres, tomamos el café en mi casa y sirve que nos secamos”. Total la tormenta no iba a parar y ellos estaban empapados, “venga, vamos y sirve que nos secamos”.

No sabía ella que había sucedido y porqué propuso ello, pero la realidad es que iban para su casa. Al momento que llegaron a la puerta, ella trajo toallas para secarse, él dijo, “muchas gracias, definitivamente fue la mejor opción venir a tu casa”. Ella sonrió y se metió al cuarto de visita, tenía ropa de su hermano que podía prestarle para que no se enfermará, ya cambiada le dijo, “no sé si te quede, pero tengamos esperanza”.

Se fue al baño y salió con la ropa puesta, la plática fluyo nuevamente en lo que la ropa estaba lista. Contaron cosas triviales y de importancia, ambos curiosamente estaban saliendo de relaciones, ella más reciente que él… Y si le dijo, “dolió mucho, pero al final también entendí, muchas veces por trillada que me escuché es lo mejor y aunque lo amé mucho (demasiado) tengo claro algo y es que todo pasa por algo y siempre es por algo muy bueno. Me enfoco en mí y eso es algo que hace mucho no hacía, creo mi vida la hice tan suya que me puse en último lugar”.

 Ambos se escucharon atentamente e incluso él dio su opinión, “es normal y no debería serlo, entregarle nuestra vida a alguien más, creo a nadie nos enseñan cómo amar, cómo llevar una relación eso se aprende conforme experimentas, pero a veces al mejor cazador se le va la liebre y caes en errores de hacer su vida, la tuya… Creo amar y compartir no es adueñarse, están muy lejos de ser sinónimos”.

 Acompañada de un suspiro detalló, “te entiendo muy bien, pero ahí son errores de ambos y asumirlos, no todos lo hacen. No quiero decir, él tuvo la culpa de todo, siendo honesta también me equivoqué en todo, justifiqué muchas acciones que nunca se aclararon y las pase de largo, caímos en una rutina destructiva y en un conformismo. Él me dejo, un día ya no llegó a casa y fue cuando tome mis cosas y heme aquí”

 No podía creer la franqueza y a la vez le quitó las lágrimas de su rostro, “sé no son de tristeza, porque tu mirada se ilumina, pero admiro tomes las riendas de tu vida”, ella sonrío, “sigo en eso, pero me siento bien, creo hace mucho no me sentía tan yo y muchas gracias”.

 Curiosa la vida, como junta almas que se llaman, no hablaron de iniciar algo, pero sí de una amistad sincera y sana, donde estaba implícito verían cómo evolucionan… Muchas veces cuando queremos iniciar algo, se debe tomar un tiempo, no todo debe ser para antier, disfrutar el trayecto es muy bueno, sanar heridas por separado y ayuda es algo que todos deben hacer antes de querer tapar el sol con un dedo.

Un clavo saca a otro clavo, por supuesto que no, a veces esos clavos se meten más y sin querer terminas lastimando a personas que no lo merecen… Si se habla de gustar, entonces vayan con calma… Si se habla de amistad, también vayan con calma… Hoy en día en las relaciones uno de los factores por las cuales fracasan es el miedo y querer todo como tú lo harías… Tomen su tiempo y vean cómo evoluciona, pero consejo no pedido, no usen a nadie porque luego el precio ustedes mismos lo pagan y de la peor forma.