Sentimientos/Salud
En algún lugar del mundo, desconocido por muchos, hubo una extraña reunión entre el miedo, costumbre, rencor, odio, pesimismo, tristeza, enojo… Ya se podrán imaginar el ambiente, en ese lugar había colores pardos y oscuros parecía que no había vida, que era “tierra de nadie”.
De la nada un día la tristeza comentó, ¿por qué debemos de tener cierto papel, por qué no hay más tonalidades, por qué siempre estamos enojados e incluso cansados? Al inicio nadie le hizo caso, pero la tristeza seguía su trayecto, llegó a una cima ni ella se dio cuenta cómo pero cuando estuvo arriba en ese instante alzo la mirada, observo el horizonte se dio cuenta que las tonalidades se convertían en algo diferente y grito, ¿¡acaso soooooooomos los apestados, qué hicimos para estar aquí?!
Se sentó y llegaron a ese momento la costumbre, el rencor, el odio y el pesimismo se veían entre sí, hasta que el odio le preguntó, ¿oye tristeza, por qué andas haciendo todas esas preguntas? Tristeza después de un suspiro alzo la mirada, con lágrimas en los ojos, ¿acaso ninguno se pregunta, qué hay cruzando esa raya, donde todo se ve gris? Hoy puedo darme cuenta que hay más y quiero invitar a la gente a que venga o nosotros ir a descubrir, no puede ser que durante años solo esto seamos, ¿acaso no hay contraparte o dualidad?
El odio analizando, no dijo nada, pero la costumbre comentó, “creo a veces nos compramos tanto un papel, que es difícil soltarlo, incluso puedo apostar si llegará alguien nuevo nuestra reacción sería de desconcierto en vez de tener la osadía de descubrir más… Tristeza, si vas me uno a la aventura”
Tristeza de lo que se pudo ver puso una sonrisa, odio y rencor, solo escuchaban… Después de algunos minutos ambos aceptaron ir a la aventura e incluso preguntaron, “¿le diremos a miedo?” La costumbre contestó, “estuve buscándolo pero nunca apareció”. Sin duda alguna subieron a un bote, conforme avanzaban veían que la tonalidad en el mar e incluso en el cielo, así como alrededor cambiaba, ese gris intenso, donde el frío solo se hacía presente dejó de sentirse y el clima cambio a cálido, fue la primera vez que sintieron en su cuerpo es brisa fresca… Todos asombrados empezaron a llorar y reír.
De la nada llegaron a un pequeño pueblo, muy pintoresco, al bajarse se dieron cuenta el ambiente era completamente distinto a lo que ellos viven a diario… Conforme caminaron se encontraron a seis curiosos personajes aventura, perdón, amor, optimismo, felicidad y gratitud… Esta última se acercó a darles la bienvenida, “¡bienvenidos!, ¿de dónde nos visitan?”. No querían decir nada porque no sabían cómo explicar su hogar, hasta que el pesimismo explicó, “vivimos en un lugar muy apartado, donde todo es gris, aquí a diferencia de nuestro hogar hay mucho color y eso nos gusta mucho”.
Los nuevos personajes se veían entre sí y el amor confesó, “estamos muy apenados, nosotros tampoco sabíamos que su hogar existía, creo también tenemos que investigar un poco más y no solo quedarnos estancados”. De la nada todos se dieron cuenta que tenían mucho por aprender, incluso gratitud mencionó, “a veces no nos damos cuenta de lo afortunados que somos, hasta que llega alguien y nos lo dice”, siguió el perdón, “aparte de eso también vivimos curiosamente en la costumbre de creer que esa idea es la mejor, pero qué tal si atreves a liberar tu mente, sales de aquella zona y vives… Justo como ustedes lo están haciendo”.
Empezaron a convivir entre todos, pero se dieron cuenta que faltan dos personajes, felicidad se detuvo y preguntó, “¿alguien ha visto a valentía?”… Llegó el silencio y odio comentó, “más cosas curiosas a ustedes se les pierde valentía y a nosotros miedo”… Aventura empezó a dar algunos pasos, analizando un poco la situación y confesó, “con su presencia estoy experimentando nuevas sensaciones, pero no me siento mal, siento que me hago mejor”.
Curiosamente enojo expresó lo mismo y así cada uno, continuaron con sus actividades conociéndose se hizo de noche y ya en casa de amor, de la nada llegaron juntos miedo y valentía, todos se quedaron asombrados, no sabían qué sucedía.
Miedo contrario a su costumbre tomo la palabra, “¡hola amigos! Supongo deben estar sorprendidos de vernos juntos, la relación que tengo con valentía es de muchos años atrás, ambos sabemos que existen más mundos, crucé esa línea hace varios años y cuando me enfrente con valentía, nos dimos cuenta que juntos somos más fuertes, ¿se acuerdan cómo era? Iba por la vida con la cabeza hacia abajo, frustrado en muchos aspectos de mi vida, valentía me dio ese plus que necesitaba y ustedes me están brindando más”.
Al inicio ninguno entendía a qué punto querían llegar, todo era confuso y sin aparente relación, fue ahí cuando valentía explicó, “nosotros somos sentimientos que gente más lejos de nuestro hogar convive a diario, cuando estamos apartados el uno del otro los extremos se encuentran y justo ahí es cuando a esa gente que mencionó se le viene un maremoto de emociones, todo lo viven a máxima potencia, no tiene mucha coherencia y efectivamente no pueden tener un punto de comparación, porque incluso se quedan estancados en algo que ellos llaman zona de confort”.
Todos atentos escucharon la plática y de la nada mucho de lo que se preguntaron horas antes ya tenía sentido… Miedo explicó, “nosotros comprendimos que necesitamos el uno del otro para sacar lo mejor, efectivamente los humanos que son quienes nos sienten, a veces viven en extremo, cuando comprendemos y aceptan que esa dualidad vive en ellos, las manejan mejor… Que llega un momento que todo lo sienten al máximo sí, ¿el verdadero enemigo? Es a veces que no saben dominar sus arranques”.
El amor después de quedarse pensando, concluyó, “exacto, para vivir, superar, disfrutar, sufrir, etc… Se necesita de todo, al final los seres humanos elegirán cuál les beneficia más, pero creo que ningún sentimiento en extremo es bueno”. La valentía sonrío y respondió, “nada en extremo es bueno amor, solamente genera más caos y es cuando nosotros nos sentimos cansados e incluso estamos mal y nuestro hogar se oscurece más de la cuenta, o en su caso la sombra aparece”.
Todo lo que sucede en nuestras vidas, tiene superación, tiene su enseñanza, tiene su disfrute y una lista interminable de tener… Aquí la clave es hacer las paces con uno mismo y así todo será un poco más claro y llevadero, no digo que los momentos “negativos” no los sentirás pero no todo el tiempo se hará una historia de terror y nostalgia constante.