Mujer/YouTube
«Escribe al viento esperando respuesta, una señal… Pero esas sabe que llegan o se pierden en el rumbo»
Muchas personas dicen que el viento no tiene destinatario, que lo que escribes a el se pierde, otros tantos afirman que llega a quien escribiste en el momento indicado…
Pero justo eso siempre se pregunta, «¿cuándo es el momento indicado?». Se lee sencilla e incluso aparentemente fácil de responder, pero siendo honestos no es tan sencillo porque los seres humanos (no todos) tienen la costumbre de querer todo en el momento que ellos así lo creen… Y la realidad es que muchas respuestas llegan en el minuto correcto o incluso nunca se dan a conocer…
Un día una noche de verano estaba de vacaciones, sin que nadie se diera cuenta días antes escribió una carta, la amarró a un globo y dejó que se fuera… Dentro de ella tenía le esperanza de que en algún momento le respondieran, pero también sabía que eso pudiera nunca llegar… La carta decía:
Querido Destino:
Muchas veces te he escrito teniendo la esperanza que me respondas en persona, aunque sé desde pequeña incluso que eso nunca sucederá que te hagas presente… Creo voy teniendo una idea clara de cómo te apareces lo haces a través de personas, mensajes, lo que nosotros llamamos señales.
Pero tengo una duda, ¿cómo saber que no es producto de lo que idealizo? No sé a veces siento que todo lo he creado en mi mente y que nada de lo que deseo se hará realidad o incluso nunca tendré alguna respuesta más clara.
Mi padre siempre dice, «el destino está escrito pero también va sufriendo modificaciones». También creo en ello, pero últimamente las pruebas de la vida en algunos aspectos no las tengo claras, incluso pareciera pierdo la esperanza, aunque siendo franca nunca la perderé porque parte de mí es ser una mujer de esperanza.
Hoy a la orilla del mar te envió está carta, no sé si es acto desesperado, si lo crees así una disculpa, pero lo que sí es que la esperanza y fe siguen en mi, como lo puedes percibir (espero) en cada letra. Me despido por hoy, si tengo respuesta gracias y si no también gracias…
En cuanto dio la media vuelta, no supo si hizo lo correcto o no, pero por una extraña razón se sentía más tranquila… Cuando regreso a su vida cotidiana, después de un día de trabajo, Azul, así se llama nuestro personaje. En vez de ir hacer ejercicio, agarro sus cosas y fue a un lugar que había visto en sueños, ¿el motivo? simple necesitaba aclarar su mente y corazón ambos estaban dispersos, cero conectados y por ende sabía que ella es el motivo principal de que estén así necesitaba aclarar todo lo que traía, incluso dejar fluir todo lo que trae en emociones.
Llego a ese lugar parecía un mirador, pero la verdad es que era el tope de un cerro donde aún no hay casas, dejo su carro en lo que supone es un estacionamiento. Cuando llego y se dio cuenta lo que hay alrededor solo sonrío, curiosamente ese día el viento y la luna estaban presentes, aparte de eso habían árboles, flores y un pasto increíblemente hermoso de un verde que asombraba a propios y extraños.
Tomo asiento, miro al cielo, suspiro en diversas ocasiones… Hasta que dijo «no puedo seguir así, no puedo seguir engañándome con un algo que tal vez no va suceder… No quiero seguir sin saber cómo actuar, qué decir, teniendo miedo a expresarme y ser yo… ¿En qué momento permití ello, por qué lo permití?»
Sus ojos estaban llenos de lágrimas, cuando se agacho… De la nada llego alguien, curiosamente no se espanto en ese instante no supo si estaba soñando o era algo real y le preguntó, «¿te puedo ayudar en algo?» Segundos después de que escuchó su voz, aunque de sus ojos salían lágrimas, volteó a ver a esa persona y le preguntó, «¿quién eres y por qué estás aquí?».
El joven le comento, «no es tan importante saber quién soy, pero si qué te sucede… Andas desesperada y tal vez hablar con un extraño pueda ayudarte aclarar todo lo que hoy te lastima». Normalmente «Azul» no es una persona que confíe a la primera, pero con él todo era diferente, «no sé si me puedas ayudar, pero tal vez necesite hablar con alguien más aparte de mí. A veces no sé si hago bien o mal siendo como soy, no sé si a veces desviar el rumbo fue lo mejor o debo retomar, no sé si he logrado algo en mi vida».
El muchacho la escuchaba atenta, cuando se dio cuenta que hizo una pausa le preguntó «¿ por qué te castigas tanto en tu forma de ser? No creo sea tan mala, como crees, cierto es no te conozco pero en este momento veo a una mujer fuerte, sí aunque me mires así exponerte ante ti misma y ahora con un completo extraño no es tarea fácil, de hecho casi nadie lo hacemos, pero tú sí… Por lo que me puedo dar cuenta eres una mujer que da y con eso te sientes satisfecha, si dudas tal vez es porque no ves respuestas y justo ahí es cuando aparecen…
Te voy a decir algo muchas veces la forma de actuar y decisiones tal vez no puedan ser las mejores o correctas, pero por algo se presentaron y decidiste tomar ese rumbo, no creo sea una desviación, seguramente eres una mujer con muchos sueños por cumplir y cada uno en la medida que tú vayas creyendo más en ti, cada uno los irás logrando… En el aspecto del corazón, no siempre ‘la culpa’ es tuya. Hoy en día existen personas que les da miedo toparse con alguien tan auténtico, porque la mayoría van por la vida acomodándose a las reglas de la sociedad…
Eres una mujer de buen corazón y eso lo refleja tu persona. Si estás cansada de no recibir respuestas, pero en ciertos aspectos uno debe hacerse responsable y luchar hasta lograrlo… Cuando alguien más está de por medio, alguien que te gusta, si no ves claridad tú tienes la decisión aprender a ver a esa persona como un posible amigo o de plano despedirte y seguir tu rumbo. Pero esa decisión depende de ti y creo saber ya la tienes».
Azul después de escucharlo no podía creer lo bien que describió la situación y ella no le contó absolutamente nada, antes de que ella dijera algo. El muchacho cerró con algo «no puedes culparte por ser quien eres, si tú te sientes bien así contigo misma, eso justamente es lo que vale… Tampoco culpes a la otra persona de decidir o no… Pero algo si es seguro debes sanar y cerrar para seguir fluyendo». Después de eso más sorprendida se quedo, no sabía si abrazarlo, soltarse a llorar, decir algo y lo que sucedió por el momento fueron las dos primeras al momento de abrazarlo empezó a sentirse mejor, ambos estaban completamente callados, sólo se escuchaba el llanto de ella, cuando se miraron de frente.
Azul con una sonrisa le agradeció el gesto porque sabía que él no tenía obligación de quedarse y mucho menos aconsejarla o hacerla sentir mejor. «No sé si siempre seas así, pero de todo corazón agradezco cada una de tus palabras… Efectivamente sé que en cuestión profesional depende de mí dar ese último empujón y confiar al mil, en cuestiones del corazón también sé exactamente lo que debo hacer, no sé si la vida me de la oportunidad de volver a tener a esa persona frente a mí, pero sé que cuando suceda no lo veré con odio ni rencor, sí con lo que siento un cariño inmenso que he ido cambiando… Al final nunca nos conocimos y si quiero seguir conociéndome así como conocer a más personas tengo que ser realista, con esa dualidad extraña que tengo, pero que a nivel personal me encanta».
A los segundos de escuchar sus palabras y verla más tranquila de la nada, él, desapareció y justo le iba a preguntar su nombre… Cuando se levanto y miro al cielo agradecida de aquel momento de paz y ayuda, ahí entendió que el viento, la luna, el universo y Dios se hicieron presentes para darle las respuestas que tenía que confirmar…
Muchas veces ante ciertas situaciones nos gana la desesperación, creemos que incluso estamos solos, tanto que nos ubicamos en un laberinto porque siendo honestos la mayoría de las veces nos encanta hacer más drama del que no se merece o del que exista pero lo hacemos más grande, otras tantas ya conocemos cada una de las respuestas pero es mejor evadirlas… No es fácil aceptar cuando algo que deseas no sucederá, pero lo que si estoy segura es que engañarte a ti mismo es lo peor que puedes hacer, así que para sanar: ACEPTA, PERDONA Y SIGUE al final la vida siempre recompensa.